Lo leí hoy en el periódico, en su versión digital: tal es el sino de los que, alejados de nuestra tierra, nos vemos abocados a seguir las noticias de la Villa y su comarca como acodados en un muro de piedra rodeado de zarzas, frunciendo los ojos para poder vislumbrar, en lontananza, lo que pasa por allá arriba.
Ya se fue, Don Luis, el miércoles 27. Con 82 años, al parecer. Desde 1962 era párroco de Viodo y Verdicio, y durante un breve lapso de tiempo fue, con anterioridad, cura en pequeñas parroquias del concejo de Colunga. Luis Villaverde García, era su nombre completo.
Al leerlo, me asaltaron los recuerdos. No por sacerdote, sino por profesor, que lo fue de mi colegio San Nicolás de Bari, durante muchos años hasta su jubilación en 1994. Como siempre ocurre, a unos le resultaba más simpático y entrañable, a otros menos.
Yo soy de los primeros.
Esas clases express de religión, donde el examen era saber persignarse adecuadamente. Esas clases de inglés, traduciendo del castellano a la lengua de Chespir frases como " tengo una manzana grande y roja"; esa pronunciación made in Verdicio ("cheir", "teibol"). Esos exámenes extraños donde nos dejaba copiar de una chuleta que, previamente, nos había mandado hacernos en casa (se supone que para ir practicando los esquemas, claro está). Ese genio iracundo que, cuando explotaba, a algunos provocaba carcajadas reprimidas ("¡¡¡QUE OS CALLÉIS LA BOCA!!!").
Paseábase Don Luis por el aula, arrastrando la sotana negra hasta los pies que no apeó ni el último día, dejando en el aire el olor de esa colonia, Barón Dandy. Se quedaba dormido, a veces, en su sitio, Don Luis. Y nos contaba anécdotas, de sus viajes (Méjico, Iguazú, Canarias...), de la gente del pueblo, de sus inicios como profesor... anécdotas que por entonces nos parecían tediosas y nos daban risa, algunas, pero que hoy me encantaría volver a escuchar de sus labios.
Le gustaba mucho, a Don Luis, contemplar la entrada al colegio de los niños más pequeños, adjudicándoles nombres tan falsos como divertidos ("mira, mira Romualdo", "¡ay Petulia, que te pesa la cartera!", "hombre Cristino, tú eres amigo de Eliseo, a que sí"). Desde 5º a 7º de E.G.B. nos impartió a mis compañeros y a mí clase de inglés, sociales y religión. Sobre sociales nos contó una anécdota personal, ya que é no quería impartir esa asignatura, porque, según sus palabras, hacía más de 20 años que tenía aparcados esos conocimientos. Tuvo que ir, un día de noche, el propio director del colegio, Garralda, a pedírselo por favor a su casa. Huelga decir que al final Don Luis cedió; en esa, y en más cosas.
Nos tiraba penaltis en el recreo, y de vez en cuando su prominente barriga se llevaba, sin querer, algún que otro balonazo, que él tomaba con humor y aprovechaba, de paso, para chutar a puerta desde lejos (casi siempre con resultados nefastos, aunque una mañana nos metió un golazo por la escuadra, muy celebrado).
En fin, son muchos los recuerdos escolares en cuyas escenas Don Luis está presente. Los míos son buenos, a lo mejor los de otros no tanto, pero ya saben, cada uno tiene un palo y una vela, y eso.
No está de más, creo, que desde la atalaya de este 2010 que comienza, pararse un instante, dentro de estas afanosas vidas nuestras llenas de problemas e ilusiones, cada uno las suyas, y recordar lo que va quedando por el camino.
Yo recuerdo, Don Luis, las mañanas grises de lluvia, de chubasquero frío y bufanda de lana, de balón lleno de barro, de sudor en el recreo, de tardes arrimadas a una calefacción blanca; otras tardes, estas con sol, alumbrando las caleyas de Verdicio, y la iglesia, enjuta, recortando su silueta al final del camino.
"El amor es la única fuerza verdaderamente irresistible"
Don Luis*
(*Reportaje del diario ABC, lunes 5 de septiembre de 1994)
9 comentarios:
Sí, Don Luis RIP. A mí nunca me dio clase ni nada, la verdad. Yo le veía y lo he conocido a través de los ojos de Ana, David y Elena. Pero, la verdad es que me caía bien y me hacía gracia al llegar a clase, eso de que se inventara nuestros nombre, siempre tenía esa leve sonrisa en los labios, medio dulce, medio tierna, había que fijarse para verla, pero estaba ahí.
Un beso,
C.
Don Luis era grande. Era una gran persona, para mi es uno de los profesores que más me marcó, para bien,of course. Sus anécdotas, siempre acertadas, contadas una y otra vez,hacían que llegaras a imaginarte cuánto había vivido; dándonos valiosos conocimientos a nosotros que aunque interesados en otras cosas,supimos apreciar.
No tengo ninguna duda, la próxima vez que vaya a Londres, iré a Harrods a ver si hay morcillas de Tineo...
Por cierto, el tema del que tuvimos que hacer la chuleta fue el del Islam, casualidad??
Cierto lo de la sonrisa, Cris.
Saray, un placer verte por aquí por vez primera :), y cierto también lo que dices.
¿Morcillas de Tineo en Harrods? jajaja, no recuerdo esa anécdota, ¿cuál era?
No recuerdo si era del Islam o no, aunque ahora que lo dice, me suena; fue en 6º de EGB, eso seguro, y yo lo que hice fueron esquemas en folios normales; recuerdo que Sofia se hizo una chuleta profesional, enrrollada como un pergamino y diminuta. Jose Maria fotocopió las paginas del libro correspondientes jajajaja, y don Luis le prohibió hacer el examen con eso, claro.
Gracias :)
A mí me dio clase. Pero la verdad que me gustaban más las otras profesoras, con él a menudo me daba la impresión de que perdía el tiempo. Tengo grabadas a fuego sus siestas de 3 a 5 pm, y los gritos que nos daba si le despertábamos.
Me alegré de que no me diera más sociales en 7º y 8º, "por fin voy a aprender algo". Gracias a él odié y odiaré siempre la asignatura de religión. Que alguien haga el favor de quemar al P. Astete.
Era buena gente, pero como profesor...
Es lo que tiene pedir a tus amigos que den clase en tu feudo particular.
También me alegré mucho cuando El Ogro dejó de ser el director, aunque ya no pudiera disfrutar los (tan deseados) cambios subsiguientes.
Descanse en paz.
E.B.
P.S. Un saludo, Rubén :)
Don Luis qué grande. A mí no me dio clase pero me acuerdo perfectamente de él. Siempre me llamaba Rubena. Y un día se puso a cantarnos en la fila del recreo una canción de Rafaela Carrá. A mi me caía bien se le veía buena persona.
Que descanse en paz.
Lo que más recuerdo de Don Luis eran sus anécdotas de sus maravillosos viajes, en concreto, cuando tuvo q visitar una mezquita, creo que por Egipto, donde tuvo q descalzarse para poder entrar a verla. Él haciá hincapié que el saber ingles (auque fuera con su marcado acento español) y viajar era una forma estupenda de conocer otras culturas :).
También son míticos sus examenes de religión sobre el contenido del libro de "Petete" donde te exigía que te supieras las respuestas a pies juntillas. Recuerdo que yo no entendía la mitad de lo q recitaba, se parecía mucho al q emplean en la iglesia, pero conseguí aprobar!! :).
También recuerdo alguna anécdota como cura de Verdicio al que tenia mucho cariño.
Descanse en paz.
Gracias por vuestros comentarios :)
E.B.: es lo que comentaba en el artículo, lo de que a unos les parecerá X y a otros Z, según cómo les haya ido la película con él. En cualquier caso, sí que se le veía buena persona, al margen del enjuiciamiento como docente. "El Ogro" se sitúa, ideológicamente, en las antípodas de mi pensamiento, pero mi juicio no es malo del todo: su labor como impulsor de la reforma de un templo medieval que se caía a cachos (literalmente) para convertirlo, además, en un colegio en un momento en que Avilés pasaba de ser cuatro amigos al "boom" demográfico de ENSIDESA (gente durmiendo en la calle, etc)... es reseñable, para mí. En lo demás, estamos de acuerdo. Me gustaría que tu presencia por aquí no fuese esporádica y que hayas venido para quedarte, E.B. :)
Cristi: jajaja Rubena, no me acordaba, lo hubiera puesto de ser así, jeje.
Anuskariño: cierto lo de los viajes. Creo que a nosotros no nos contó lo de la mezquita, quién lo hubiera visto, jeje. En mi curso no nos obligaba a aprender a pies juntillas lo de religión; de hecho, los exámenes de religión eran de chufla.
Como último apunte, decir que si bien Don Luis era amigo de Garralda, tuvo que "tragar" con muchas cosas, de él y de otros y otras. En paz sea dicho.
Besos y saludos a todas :)
Noooooooooooooooooooo! ¡Mueto está!
Bueno, como profesor tampoco es que fuera la de mi madre. Lo q molaban eran sus anécdotas (¿sería verdad q había pisado todos los continentes excepto el del Polo Sur?). Y ¡por supuesto q nos echábamos risas y risas con él! Era un tipo q fácilmente despertaba la comicidad... Pero ¿qué "profe" no nos lo hacía?
¡Qué de recuerdos me ha despertado el blog! En el fondo si que me caía simpático, aunque a lo mejor, si retrocediera en el tiempo y volviera a ser un colegial, quizás no diría lo mismo.
Lo mejor y sus múltiples anécdotas: su acercamiento a los críos.
Lo peor, su pronunciación del inglés (toy yo guapo pa' hablar) y el peñazo en el q se convertían buen número de sus clases.
Y q era cura. ¡A la foguera con ellos!
Aaaahhh Mosquitoborracho, te estrenas en los comentarios de este humilde blog, muchas gracias :)
Yo creo que lo de los continentes sí que era verdad, jeje. Y buen apunte lo del acercamiento a los críos. Lo veía en los más pequeños, que corrían hacia las faldas de su sotana diciendo que Don Luis esto, Don Luis lo otro, y lo de más allá; y ese Don Luis prestándoles atención como si fuesen ministros, los pequeñuelos.
Que fuese cura no le definía como persona, y mis recuerdos son, como los tuyos, de la persona y el profe, no del sacerdote. Convendrás conmigo en que las clases de religión eran de chufla.
Y diré más: Estefanía, vieja compi, me ha recordado en el feisbuk aquellos exámenes de sociales, don Dani Gzl. leyendo las respuestas en el libro... mortal, jaja. Recuerdo que una de esas veces, Don Luis se debió dar cuanta y dijo a Dani:
"Oye tú, ¿que estás ditando?", y Dani "no no". Y ahí quedó la cosa.
Saludotes :)
P.D. A la hoguera nadie. Mucho peor: ¡¡¡todos a leer libros!!! Comenzando por "El catolicismo explicado a las ovejas", de "San" Eslava Galán :)
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