viernes, 1 de mayo de 2009

Músicas de Cine

Lunes, 27 de abril. Calles de Madrid, vías de circulación, siete de la tarde, soleado, dos asturianos se baten el cobre en la circulación de la capital del reino; uno conduce, otra co-pilota profesional. "¡¡¡Brumm brumm piiiiiiiiiiiiiiiii pipipiiiiiiiiiiiiiii mamooooonnn!!!" ¿Pero este que coño haceeee!!!"... etcetera.

Parking. Ratonera. Calle del Príncipe de Vergara, número 146. Recordemos que el Príncipe de Vergara fue el General Joaquín Baldomero Fernández-Espartero Álvarez de Toro, el del Abrazo de Vergara con el general carlista Rafael Maroto Yserns (el de la moto, chistes de historiadorcillos). Auditorio Nacional. Concierto "Coros de Cine", esto es, Bandas Sonoras.
Aclaración: YO soy un FRIKI de las bandas sonoras (orquestales, no las canciones churreras a las que comúnmente se hace referencia cuando se habla de la música de cine).
Sigo: Orquesta Sinfónica Chamartín y Coro Talía, ambos madrileños. Dirige su directora titular y fundadora del Coro Talía, Dª. Silvia Sanz Torre. Sala Sinfónica del Auditorio, vista muchas veces por la televisión, conocida ya anteriormente por mí cuando presencié, en solitario, un concierto sobre obras de Mahler.
Patio de butacas, zona central escorada al lado izquierdo. Buena vista del escenario, aunque mejorable. Se produce ese momento en que el menda se emociona y no para de decirle a Ana gilipolleces. Me calmo cuando se produce otro momento que me encanta: la orquesta afina. Detrás, se acomoda el coro.
Ñíiiiiiiiii.... Paaaaaa.... Buummm....
La directora entra en escena. Da la mano al primer violín (en esta ocasión, primera violinista, pues se trataba de una chica de facciones eslavas). Aplausos. Silencio mágico. La directora da la entrada y las primeras notas de Shrek, de Harry Gregson-Williams, reverberan en los salientes y guardacantones del auditorio. No es una obra complicada, pero se nota que la orquesta no es de primer nivel.
Aclaración: Verbigracias: La orquesta sinfónica de Viena, la de Chicago... son DIOS. La London Symphony, la Nacional de España, incluso la OSPA... son de Primer Nivel. La que hoy nos ocupa, es de Segundo Nivel. Ojo, hay más por debajo: las orquestas del Este, baratas, muy usadas en el cine español, o las orquestas de aficionados o conservatorios, son de tercer nivel. Luego están las orquestas juveniles, etc... Un tema tocado por una y otra de estas orquestas arroja diferencias abisales (y digo abisales, no abismales, a posta). También influye el director. Silvia Sanz realizó una dirección para nada ortodoxa, sino más bien gestual. No la vi marcar dos compases seguidos casi en ningún momento, pero parecía divertirse a tope con las piezas, dando la entrada emocionada a las secciones, y ofreciendo, en fin, una dirección vivaz y alegre. Pero esto también se nota: ella no era la autora de ninguna de las piezas, y ese es un privilegio que solo los autores que saben dirigir pueden ofrecer al público. Verbigracia: el concierto de Alan Silvestri hace dos años en la calle Atocha, en el que el autor de Regreso al Futuro puso en pié al público al segundo tema.

Y la imagen en mi retina del Maestro Howard Shore marcando el compás 5/4 sincopado del tema de Isengard (La Comunidad del Anillo), o la dirección de su obra maestra, el tema Arden las Almenaras. "Ligthing of the Beacons" (El Retorno del Rey), donde exprime a la orquesta en un tutti (la totalidad de instrumentos tocan a la vez) dirigiéndolos a todos y elevando el nivel compositivo para cine a la enésima potencia.

Volvamos a Madrid: Shrek bien tocado, el coro brillando un punto por encima de la orquesta (tónica repetida toda la velada). Al final, se atrevieron a tocar el tema "Ride on the Dragon", que pensé no acometerían. Bien salvado, excepto por dos cosas: los metales debieron haber brillado más, y los chelos marcar más el stacatto. Pero para eso, el menda es un pijotero, tal y como Ana me señaló cuando se lo susurré a su lindo oído.
Luego llegaron temas de Harry Potter, salvado dignamente, sobre todo el coral Double Trouble. En esta banda sonora se pudo apreciar lo cabrón que es el Maestro John Williams, rayando el cabroneo en la cuerda a altos niveles, ofreciendo una caterva de aumentados y disminuidos muy bellos al oido pero, supongo, muy agrios de tocar para la cuerda (calma: no voy a explicar qué son los aumentados y disminuidos, porque tampoco sabría hacerlo bien).
John Williams, con su peculiar estilo altamente loado por millares de frikis del planeta, entre los que me encuentro.

Un aparte dedico a una película española con música vivaz (¡al fin!): La Conjura de El Escorial, infausta obra del cineasta Antonio del Real, mala película en la cual tan solo salvo el vestuario, las localizaciones, a Juanjo Puigcorbé (hace un digno Felipe II) y, sobre todo, la música de Alejandro Vivas. El propio compositor me firmó el disco, al final del concierto, estrechándole yo la mano. La suite de temas de esta película fue bien tocada, destacando su Réquiem (Ana me enseñó su piel de gallina) y la vivaracha Lucha en el Mercado, un gran tema que a muchos recordaría a la música de Piratas del Caribe, como yo mismo susurré de nuevo a Ana, pero que, pensándolo mejor, recuerda más a las obras de W. Korngold, un compositor de los años 30 que a todos os la traerá al pairo, pero que musicó grandes obras marinas como "El Halcón del Mar", para lucimiento del saltarín y galán Errol Flynt.
Alejandro Vivas, ojalá no haya sido su primera y última composición para el cine
Más temas, un par de ellos corales antiguos, el "Don't cry for me Argentina", simpático. Salvar al Soldado Ryan, tranquilo y pausado, definido por Ana como "soso", preparó la traca final de Star Wars:
La lucha galáctica, magna obra de John Williams, fue salvada también dignamente. Bien el tema de Darth Vader, los Créditos de inicio archiconocidos, esa fanfarria poderosa con el tema de Luke Skywalker, y al final, para cerrar el programa, se atrevieron con el "Duel of the Fates", sin duda lo mejor de TODA la ¿pelicula? de "La Amenaza Fantasma". El coro rindió bien las frases en sanscrito, pero la cuerda estuvo algo falta de fuerza en los stacattos y spicattos, y algo más cortada debería haber tocado en un par de pasajes (ojo, siempre con el original en mente).
Todo fue megadivertido. Me lo pasé como un enano. De nuevo, la música de cine (la verdadera música "clásica" de nuestro tiempo) se me revela como un deleite para mis sentidos. Y, al escuchar el gran tema de "Lucha en el Mercado", me pregunté en silencio a mí mismo...
...¿cuándo? ¿cuándo podré componer yo algo así?














Howard Shore se retuerce conduciendo su Sinfonía en Tres Movimientos

No hay comentarios: