lunes, 28 de mayo de 2012

Corazón de Avilés


Tengo 30 años y desde los 11 soy seguidor del equipo de mi ciudad. Mi familia paterna siempre ha estado vinculada, de un modo u otro, al Real Avilés y al Ensidesa tanto en materia de directiva como puramente deportiva. Desde hace 6 años vivo alejado de Asturias pero, ni así, he dejado de seguir al equipo que lleva en la camiseta el nombre de una ciudad milenaria. 

Quiero hacer este preámbulo para constatar que no soy un arribista, un recién llegado. En la vieja casa familiar, el antiguo escudo del Real Avilés estaba colgado en el despacho de mi progenitor. En carpetas coloreadas por el paso del tiempo se guardaban recortes de periódico ya amarillentos y arrugados en los que podían verse los derbys entre Ensidesa y Real Avilés entre fotografías ennegrecidas que atestiguaban los llenazos de aquel Román Suárez Puerta de 1983. Con 11 años tuve mi primer carnet de socio (en agosto de 2011 lo obtuve de nuevo), gracias al cual pude sentarme entre los 9.000 espectadores que abarrotaron el Juan Muro de Zaro ante el Deportivo de la Coruña, Racing de Santander, Celta de Vigo, Málaga o Real Betis. Todavía hoy, me sé de memoria todos los resultados (en casa y fuera) de la temporada 1991/1992 en Segunda División "A". Que cosas.

También he escuchado a los mayores, que hablan de un equipo, fundado en 1903, que en los años 50 tuvo medio pie en Primera División, y también los dos pies en Primera Regional, donde por cierto, el estadio registraba igualmente buenas entradas. Porque, al fin y a la postre, el fútbol de verdad, el de tu ciudad, no es cuestión de nombres coyunturales, sino de sentimientos, primarios si se quiere, pero que de algún modo te representan a tí mismo. 
Ayer tarde, ante un estadio abarrotado como hacía quinquenios, se consumó la eliminación de nuestro equipo ante el buen rival que ha sido el Coria C.F. Echo la vista atrás, a hace un año, cuando éramos apenas 150 (locos) espectadores los que nos sentábamos en una grada (sólo se abría una) sucia, llena de excrementos colombófilos y sin pagar el agua ni la luz, con un equipo secuestrado por el que sigue siendo el máximo accionista (hablar de la Sociedades Anónimas Deportivas sería harina de otro costal). 

De 1903 a 2012 van unos cuantos decenios. Sin embargo, no importa, ni siquiera la eliminación. Ha sido un buen año, un tiempo en el que, en una ciudad futbolera se ha vuelto a hablar del equipo que lleva el mismo nombre que figura en muchos Documentos Nacionales de Identidad al lado de "NACIÓ EN:____", o junto al "DOMICILIO:____", pues lo mismo da que da lo mismo. De alguna manera, esos 109 años poblaron el nuevo estado levantado sobre el viejo, en el mismo sitio y con idéntico nombre. Paradojas, metáforas, lecciones. 

Ya terminó la temporada, y ya es hora de efectuar las primeras valoraciones, siendo crítico y justo en la medida adecuada y, sobre todo, siendo claro: 

Los nombres no ganan los partidos. Recuerdo que durante el encuentro de Copa Federación que enfrentó al equipo contra el Universidad de Oviedo en el Muro de Zaro (2-1), alguién apuntó en el graderío: "Tien mucho equipo pa Tercera, hombre". "Ya, ya...", me dije para mis adentros. Y efectivamente, había que verlo, ir paso a paso. Nadie duda de los jugadores fichados, muchos de ellos antiguos militantes de Primera División. Pero esto es Tercera, con otros campos, otras filosofías, otros rivales. El equipo era nuevo y hasta la victoria por 1-5 ante, precisamente, el Universidad de Oviedo, se dijo que no carburó bien. Bien, por lo que yo he visto, ha habido 2 versiones que al final han sido realmente la misma:


1.- Ante rivales modestos, en casa se les ha ganado bien, jugando por abajo, desbordando (muchos rivales entrenan 3 días a la semana), abriendo a las bandas, etc. Sin embargo, ante estos mismos rivales, en muchos encuentros en sus respetivos domicilios se ha sufrido (y mucho) para sacar los partidos adelante, presagio de lo que vendría en la fase de ascenso. 

2.- Ante rivales de mayor entidad, hubo partidos aceptablemente buenos (1-0 al Tuilla y al U.P. Langreo en casa), pero también, y sobre todo, preocupantes señales de malos presagios. Las derrotas ante el Caudal fueron sin paliativos, ambas. Ante el Luarca se sufrió mucho para ganar al buen conjunto de Pablo Lago (3-2 al final con gol de Naya), y al Candás fue imposible tanto allí (2-1) como aquí (2-2 y gracias). 

3.- Observé durante todos los partidos que presencié que el equipo no sabía salir con el balón cuando el rival le presionaba bien y arriba (Candás, Luarca, Caudal, Coria...). Se recurría al tan mentado juego directo para salvar las dos líneas de presión y esperar bien que los rápidos de arriba la cazasen (Naya, Abraham, Milio, Borja) bien que Miguelón la embolsase y sirviese el gol en bandeja de plata a alguno de los anteriores. Cuando esto no funcionaba, se recurría al desborde por bandas en jugada individual o al contraataque. No sé si a alguno le suena de algo todo este punto 3 respecto al encuentro de ayer 2-2 contra el Coria. 

4.- Ni Caudal, ni Candás, ni Coria son equipos espectaculares (dentro de las diferencias existentes entre ellos). Sin embargo, saben a lo que juegan, el balón no les quema en los pies cuando son presionados por el rival: saben lo que hay que hacer para no perderla y buscar la portería rival. Cuatro conceptos básicos que al Caudal le han servido para meterle 3-0 al Yeclano y subir directo, al Coria para eliminarnos y pasar ronda, y al Candás y al Luarca para hacer una temporada magnífica en Tercera. 

5.- Ricardo González Bango, buen jugador en su época, y creo que buen entrenador, muy profesional y conocedor de los entresijos de los avatares que rodean a un jugador (sus explicaciones de las lesiones, los ritmos de recuperación, etc... así lo han demostrado bajo mi punto de vista), no ha sabido, en mi humilde opinión (es sabido que cada aficionado lleva dentro de sí un entrenador en acto y en potencia) leer bien lo que el equipo necesitaba. Quizá le falte también más experiencia todavía como rector de banquillo. Creo que, con sus conocimientos, lo ha intentado de buena fe con todo lo que ha podido, más allá de su condición de gestor/socio/loquesea del grupo Golplus.  Ahora, a toro pasado, es tiempo de dejar hueco a un entrenador joven (sí sí, ya sé que esto se contradice con lo de la falta de experiencia que acabo de comentar... pero la vida es una gran contradicción, hermanos), prometedor, conocedor del terreno que pisa en Tercera, que tenga una idea clara de juego y que, salvo aspectos concretos, no la cambie en función del rival. La Tercera asturiana no es muy fuerte (de 4 sólo ha pasado 1, el Caudal), y para jugar liguilla es suficiente con lo que se ha hecho este año. Pero para ascender o al menos tener garantías de ello, hay que quedar primero esta temporada nueva (esto al Luarca o al Candás no se le puede "exigir", al proyecto del Real Avilés, sí), y eso se consigue, sobre todo, con un estilo claro, teniendo el balón y sabiendo qué hacer con él: porque de esa manera puedes jugar más combinativo, o más directo (que no es lo mismo que el patadón y a seguir, como en el cole). Es decir, lo que ha hecho el Caudal de Mieres de Paco Fernández, cosa que se veía clara desde la jornada segunda, con el 0-2 que nos endosaron aquí sin juego espectacular, sólo con 4 conceptos claros, rapidez, contundencia e ideas claras. Nadie pide triangulaciones progresivas en defensa ataque, ni a Messi. Sabemos que esto es Tercera.  

6.- Los jugadores. La nueva gestión del club en comunión con los atractivos nombres fichados, han llevado 1.500 fulanos al estadio lloviese o hiciera sol, y eso tiene un mérito tremendo, más si cabe sabiendo de dónde veníamos. Reconociendo esto (junto con detalles como la tienda, el autobús personalizado, los resúmenes para los que estamos fuera, cobrar al mes o a la semana, etc...), y la guita que Golplus se ha dejado en el empeño (que, como empresa, aspira a recuperar y entablar ganancias, lógicamente), ahora ya toca mirar al futuro de la temporada que viene. Esta que acaba de concluir, insisto, ha sido fantástica: nos hemos reencontrado con los colores que datan de 1903 y el campo de El Carnero. Fenomenal. Ahora, para que el proyecto sea rentable (esto es un negocio, no lo olvidemos aunque nos pese: un negocio que hay que combinar mal que bien con los sentimientos de ciudad) hay que quedar primeros y con garantías. Los jugadores lo han dado todo, todo lo que tenían fuese mucho o poco. Ahora, en la nueva temporada, los nombres nuevos (el Club ha recuperado su "prestigio", para el que es importante eso de "1903" etc, y muchos que hasta hace poco no querían venir porque tenían la malsana costumbre de comer tres veces al día y aquí no se pagaba, ahora vendrán) no tienen por qué ser superestrellas, ni tener un gran nombre. Basta con que sean tan comprometidos como los actuales, que tengan experiencia en Tercera, que conozcan los campos en donde se ganan las ligas, entre el frío y el barro, y que asimilen bien cuatro ideas claras sin que la pelota les queme en los pies. Acudiendo a cosas concretas, por ejemplo, el equipo este año adoleció de centro del campo. Juan Díaz, con su calidad, no es un organizador claro, ni lo fue nunca. Ni Salva ni Jeffrey lo son, ni tampoco Borja, que es llegador, enganche o mediapunta.  Más alla no puedo ir. No tengo ni idea de si es mejor un 4-4-2, 4-2-3-1 o 4-3-3. El entrenador que venga (si viene), que conozca la categoría, los campos, los rivales, y tenga las ideas claras, sabrá de sobra cómo transmitirlo y colocar a los jugadores, e, importante, hacer los cambios pertinentes. 



7.- La afición. En esto tengo sentimientos encontrados. Vocear e insultar supongo que va con la persona, y que tal y como es uno fuera del campo, lo es también dentro de él en alguna medida. Me gusta la animación, y los cánticos de aliento al equipo. Insisto: de aliento al equipo, no más allá. Lo que sí tengo claro, es que no es más aficionado el que vocea y agita la bufanda que el aficionado tranquilo que aplaude las buenas jugadas, dice "¡Nooo!" ante una falta inexistente, y por supuesto grita "¡Gooool!". Todos son afición, y sin este segundo "tipo" de seguidor ayer en el campo no se habrían cubierto 4.000 localidades. En términos generales, la "masa social" de la ciudad es señorial y respetuosa con los rivales, llámense Coria o Nalón de Olloniego (un equipo, por cierto, cuyo mérito es tremendo). Por cierto, a día de hoy aún me pregunto el origen de la rivalidad, absurda, con el U.P. Langreo (por parte y parte, ojo). La clave está en no creerse estupendos, en ser humildes se vaya al campo que se vaya y esté en las condiciones que esté. Somos el Real Avilés, sí, pero ya está. No descendemos de los ingleses que inventaron esto, ni somo el Bayer de Munich o el Manchester United. Para Alex Ferguson, por ejemplo, no hay ninguna diferencia entre el Avilés y el Nalón o el Ribadesella... Dicho todo esto, la temporada ha sido genial, con gran afluencia y animación en las gradas, respetando a los rivales y aplaudiendo las jugadas merecidas. 

8.- Instituciones. El fútbol, dentro de una sociedad, debe ser el menor de los problemas. Cuando es un problema o una preocupación, pierde su sentido. Tiene que haber más investigación y desarrollo, más y mejores escuelas, hospitales, servicios de dependencia y de garantía social, calles adaptadas a la discapacidad, planes de desarrollo medioambiental y de recuperación del patrimonio histórico-artístico... Todo ello, siempre, antes que el fútbol o cualquier otro deporte. Ahora bien, el Real Avilés lleva el nombre (y algo más que el nombre) de la ciudad allá donde va, sea Canarias, Sevilla o El Entrego. Eso no se puede medir económicamente. Por eso, un pequeño espaldarazo a clubes señeros como el Real Avilés o al Atlética Avilesina (sí, sí, para los demás también, ¡no se me enfaden!) ayudaría y redundaría, a medio plazo, en beneficio del municipio. Ayer vinieron 50 valientes desde Coria. En Segunda B, a lo mejor son 500 ó 1.000 los que vienen desde Lugo. Conocen la ciudad, comen, beben, echan el día, y cuando vuelvan dicen "oye Maruxiña, pues Avilés no está mal ¿eh? Vamos con Pepiño a pasar el día el mes que viene"... Etc, etc, etc...

El pitido final. Ánimo, adelante, y a seguir peleando. El deporte así nos lo enseña, como metáfora de la vida. Caer y levantarse, conceder a las cosas que ocurren la importancia justa. Detrás de todo ello, el nombre de Avilés nos supera a todos, se eleva por encima de nuestras ideas, calándonos como lluvia fina, a lo largo y ancho de la Historia. Aquellos pioneros de 1903 ya no están, los viejos muros blancos han desaparecido... ¿O no...?

jueves, 10 de mayo de 2012

Corazón de Nación

Bankia nacionalizada. El gobierno, una vez tomado el control del 51% de la entidad financiera, procederá a fusionarla con los cuatro o cinco bancos pequeños que están al borde de la quiebra (previa estatalización de los mismos). Con todos ellos creará una banca pública que, según parece, prestará dinero a un bajo interés y cuyos beneficios revertirán en las arcas del Estado. 

Seguidamente, por decreto, aprobará la dación en pago de deuda para todo aquel individuo que, previa constatación empírica, demuestre que carece de ingreso alguno, cancelando la entrega de la vivienda el total del préstamo (principal + intereses incluidos). 

La siguiente medida será el abandono del €uro y la vuelta a la peseta, devaluándola y aumentando las exportaciones baratas. 

Telefónica, las petroquímicas, los aeropuertos y las compañías de suministros eléctricos y energéticos serán igualmente estatalizadas. 

A continuación, según decreto que mañana aprobará el Gobierno tras el Consejo de Ministros, la Hacienda pública será sometida a una profunda reestructuración en la que se buscará un trasvase de impuestos de abajo arriba y, sobre todo, una reforma contra el fraude fiscal que, según las previsiones, permitirá recaudar al año al menos 50.000 millones de €uros. 

Con su mayoría absoluta, el Ejecutivo decretará para los bancos y grandes entidades financieras la aplicación de una tasa tobin acorde a sus respectivos volúmenes de negocios.  Con el dinero recaudado, suprimirá los recortes en Sanidad (7.000 millones de €uros) y Educación (3.000 millones de €uros), reforzando estas dos áreas con más recursos y planes de desarrollo. 

El Jefe del Estado, rey Juan Carlos I, será desprovisto de sus prerrogativas e instado a abandonar el país con su familia para no coaccionar con su presencia el referéndum que se convocará a renglón seguido y en el que se decidirá entre monarquía o república. 
Se suprimirá el Senado y se modificará la ley electoral atendiendo al principio del diputado de distrito y sin la ley D'Hont. 

Sea cual sea el resultado del referéndum, se convocarán después elecciones separadas: una al parlamento y otra a la presidencia. Y luego, un nuevo referéndum preguntando al pueblo soberano sobre la conveniencia (o no) de sustituir la estructura autonómica (parlamentos, diputados autonómicos) por una administración técnica de similar cercanía al ciudadano. 

Tras la salida del escudo anti-misiles, el Ejército renunciará a la guerra como forma de actuación, por lo que no intervendrá en "misiones humanitarias" salvo que el parlamento se pronuncia a favor por iniciativa propia o en caso de legítima defensa. Referéndum para consultar sobre la permanencia (o no) en la estructura de la OTAN.

Los millones de pisos vacíos, propiedad de los bancos privados (que seguirán existiendo, debiendo adaptarse ahora a la competencia de la banca pública) serán objeto de varias actuaciones: 1) se devolverán las viviendas a aquellos desahuciados que no tenían, en el momento del desahucio, ningún ingreso; y 2) el resto se repartirán entre alquiler y venta bajo condiciones marcadas por el Estado, fomentado el alquiler y las hipotecas con techo de endeudamiento acorde a los ingresos de los solicitantes. El Estado se reservará, esto es, expropiará, un porcentaje de esas viviendas para fomentar el alquiler y la venta pública y que, a su vez, los ingresos reviertan en el Tesoro nacional.

Con los beneficios obtenidos mediante la reforma del IRPF, se elevará el dinero destinado a I+D, fomentando la investigación española mediante un programa de becas y de cooperación científica con otros países. 
Y...

...iba a seguir, pero me desperté.