Camino desde Oriente (según se entra, a la derecha) marchaban tres fulanos en camello. Era noche cerrada; una noche fría, silenciosa, de trémula negrura (lo cual no tiene mucho sentido, porque si es cerrada y negra como las gónadas de un grillo, no puede tremolar).
-Oye tú.
-Qué.
-¿Qué ves? ¿Un portal de Belén, o algo?
-Yo no veo ni tres en un burro.
-Pero -apunta el tercero- si vamos en camello.
-No, si por algo eres el tercero, amigo.
-Maldita estrella ¿eh?
-Nos la ha jugado bien, la estrella.
-Ya te digo.
-"Seguidme seguidme" nos decía, la estrella.
-"Yo os guiaré hacia la Luz", nos dijo, que me acuerdo yo.
-No me lo recuerdes, que me pongo malo.
-Yo no lo veo claro, ¿eh?
-Como para ver algo está la cosa.
-Ahí le has dao.
-Oye ¿y si paramos un poquito?
-¿Por?
-Es que me pesa la mirra. Por cierto, os sabéis el villancico de la mirra?
-¿Hay un villancico de la mirra?
-Faltaría más: pero mirra como beeeben los peces en el rrríoooo...
-O te callas a la de YA o no respondo.
-Yo sigo sin verlo claro, ¿eh?
-Yo nuestro futuro lo veo muy negro. Más negro que tú, Balti.
-No me digas eso, que me hundes.
-Pues yo pienso que por allí se ve algo, ¿eh?
-¿Piensas o lo ves?
-No sé.
-Ah.
-¡Ey sí! Allá se vislumbra una luz.
-Cierto ello es, Gaspi.
-Vamos a acercarnos. Despacito y con buena letra ¿eh? Que voy cargado de oro del bueno.
-Vale Melchi.
Y descienden por una ladera que les lleva al fondo de un valle. Escuchan, cerca, el murmullo de un río.
-Te dije cuando salimos de Oriente que cogiésemos bañador.
-¿De Oriente? ¿Te refieres al Café Oriente donde paramos los domingos a tomar la penúltima, o a Oriente como concepto geofísicopolítico?
-Eh... Vete por ahí.
-No, por ahí vamos todos.
-Oye que yo soy de Armenia ¿eh?
-Pero ¿eso es un país, o qué es, Melchi?
-A que te doy.
-A que no, que yo soy de Egipto, y muerdo.
-Cuidado, habló Tutankamón.
-Eso lo dices por egipcio o por la edad.
-Por ambas cosas.
-Pues tú eres más viejo que yo, Melchi, perdona que te diga.
-Claro, y por eso soy más sabio, el líder de la manada, el de la barba luenga y blanca...
-Si tú lo dices...
-Ey -dice Balti- que yo soy de... ¿de dónde era yo?
-¿Tú? Vete tú a saber, si al principio ni eras negro, ni ná.
-¿Ah no?
-No.
-¿Y quién me cambió?
-Quién va a ser, hombre: la de siempre, la Tradición.
-Pues ya verás cuando coja yo a la Tradición esa. Le voy a meter los Carioca por el...
En esto que suena fuerte, en la negrura, un CLONNNK y luego un ¡AY! y luego muchos insultos seguidos.
-¡Mecagoenmicalavera!
-¿Qué fue?
-Que pegué contra algo, coño.
-A ver a ver, que saco el fanal -dice Balti.
-¿¿Llevabas un fanal??
-Claro.
-Te voy a... a ver anda, alumbra ahí.
Y cuando surge la lumbre, aparece ante ellos un cartel de hierro, blanco y con letra negras, y un chichón en la cabeza de Gaspi.
-¿Qué rayos pone ahí?
-A ver...
-Leelo tú, Melchi, nuestro líder.
-Eh... Qué raro.
-¿Eh? ¿Eh?
-Me parece que no estamos en Belén.
-¿No?
-Ni en Judea. Ni Palestina. Ni siquiera al lado del Bósforo, chicos.
-¿Y dónde...?
-No tengo ni idea. Sólo sé que en ese cartel pone "MIERES. 2 kms".
-¿Y eso dónde carajo está? ¿Y qué hacemos con el oro, la mirra y todo eso?
-Pues qué vamos a hacer, alma de cántaro: ponerlo a plazo fijo, hasta que pase la crisis.
-Buena idea.
-Sí.
-Vamos a ver si en aquellas luces del fondo hay algiuen que nos indique, anda.
-Sí, vamos.
-Desde luego -conclye Melchi, para sí-, que duro es trabajar. Espera que se lo cuente al cabronazo de Papá Noel. Se va a partir, sentao en su trineo. El hioputa.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS Y PRÓSPERO AÑO 2010!